Mission: Impossible y la posibilidad de dos sagas en una.
Una teoría sobre cómo la franquicia de Tom Cruise logró sobrevivir con exito más de 30 años en la industria.
Siempre es importante para que una historia sea escuchada, que tenga algo que la vuelva atractiva en cuestión de segundos. Uno de los elementos que ayuda a lograr esto es el título. En el caso de esta franquicia, el título funciona en este sentido pero también funciona en el aspecto metafísico. Es un título que hace referencia a una película donde las misiones imposibles se vuelven posibles. Pero también hace referencia a una franquicia que logró cosas imposibles, llevándola a ser una de las sagas de acción más memorables de los últimos 30 años. Pero como dice el dicho, de los errores se aprende y vaya si esta franquicia aprendió de sus errores. Aprendió tanto que sin darse cuenta -o quizás sí- se dividió en dos sagas distintas dentro de la misma.
Déjenme primero comentarles como me volví fan de las películas de Mission Impossible. Allá por el año 2022, yo era una persona con mucho tiempo libre, lo que me permitía ver bastantes películas. Estaba empezando verdaderamente a ver cine y comenzaba a relajar un poco mis prejuicios hacia ciertas películas o géneros. A su vez, eran los primeros pasos post pandemia en el cine, lo que hacía que muchas películas que se estrenaban fueran mega producciones, por lo que comenzó un proceso de adaptación para mi. Ahora las películas no se veían más en un cine normal, sino que se veían en IMAX. ¿Por qué? Simple. Porque había pocas películas, lo que me predisponía de mejor manera a pagar la entrada de IMAX y a su vez porque estas películas eran pensadas para ser vividas en este formato.
Es entonces que, al juntar mis prejuicios derrumbados con mi nueva forma de ir al cine, se genera un camino directo a mi encuentro con la franquicia de Mission Impossible. Ya no había nada ideológico o en relación a mis preferencias que me detuviera antes de ver películas como las de Mission Impossible y estaba dispuesto a ver las horribles actuaciones de Tom Cruise 1. A su vez, al acostumbrarme a ir al IMAX, mi persona empezó a esperar películas dedicadas especialmente a ese formato, películas como por ejemplo Mission: Impossible - Dead Reckoning (2023). De esta forma, yo sabía que debía prepararme para ver esa película y la manera de hacerlo era viendo las anteriores.
Ahora sí. Estaba viendo las películas pero me fui dando cuenta de algunas cosas y fui pensando lo difícil que es mantener una franquicia de películas a lo largo de 30 años, no solo desde el punto de vista de quien las hace, sino desde el punto de vista del mundo que las consume. Porque uno puede sentarse a hacer lo que hice yo y ver todas las películas una detrás de la otra en un lapso de 10 o 15 días. Pero hacer ocho películas a lo largo de 30 años y esperar que la gente que vio la primera en 1996 siga yendo a ver la última en 2025 es algo muy arriesgado. Es por eso que luego de ver Mission: Impossible - The Final Reckoning (2025), me gustaría comentar sobre lo que pienso es el motivo (o motivos) por los que la franquicia perduró y llegó hasta donde llegó. En este sentido, voy a hablar una pequeña teoría sobre los cuatro nacimientos y las dos sagas de Mission: Impossible.
Saga uno: una franquicia que nace tres veces
Se estarán preguntando: ¿Mission: Impossible no es una sola saga? Sí, lo es. Pero si uno comienza a ver detenidamente, se da cuenta que también son dos sagas distintas. Esas sagas se separan de forma concisa entre las primeras cuatro películas y las segundas cuatro películas. La primera, se va a establecer como una saga de introspección, conocimiento y prueba y error. La segunda se establece como una poesía de acción, una orquesta bien construida. Las primeras cuatro películas son como cuando uno está comenzando a manejar manual, donde el auto se para, cabecea por soltar mal el embrague o hasta se raya porque no medimos bien las dimensiones. La segunda saga es como si ya estuviéramos manejando un fórmula 1. Comencemos entonces por las primeras cuatro películas, donde considero que se dan tres de los cuatro nacimientos de Mission: Impossible.
En 1996 se estrena Mission: Impossible, primera película que produce Tom Cruise en su carrera. Este es el primer nacimiento de la franquicia. La idea era bastante simple, realizar una película de acción que cuente con algo que sea diferente a las demás. En este sentido, vemos una combinación entre un drama de detectives, traiciones, desconfianza e intriga, sumado a un buen dote de acción y con una diferencia muy importante, que creo que es una ventaja y una desventaja a la vez: la misión imposible. La ventaja es que, a diferencia de lo que se espera en la mayoría de las películas, la misión imposible se encuentra en la mitad de la película, haciendo que sea algo distinto a las demás del género, lo cual le da una sensación de individualidad. Al mismo tiempo, la desventaja es que deja un final vacío que es rellenado por una escena de acción bastante genérica. Lo importante es que es una película relativamente realista y centrada, pero que agrega los toques justos de ciencia ficción, dándonos una película bastante buena, pero todavía muy lejos de lo que sería la franquicia en el futuro.
Ahora llega el momento donde digo que se comienzan a dar nuevos nacimientos. Cuando uno ve la primera película, se imagina que puede llegar a venir algún tipo de secuela o algo similar, pero viendo el panorama con el diario del lunes, se me hace difícil imaginar una franquicia con las mismas características que la primera película. Obviamente, no imagino a Tom Cruise en los noventa pensando en hacer una franquicia de 30 años con Mission Impossible, pero sí quizás, seguir expandiendo y explorando los personajes. Es por eso que creo yo que, después del éxito de la primera, llega al cine una secuela de Mission: Impossible que, en principio lo único que tiene en común con su predecesora son los mismos personajes (al menos el de Ethan Hunt). Es un cambio no solo visual, sino conceptual. Ya no es cine de misterio, intriga, detectives, sino que es un cine de acción y ciencia ficción puro y duro, donde lo que importa es el género en sí mismo y no las relaciones entre los personajes, como quizás sí había importado en la instancia anterior. Para aquellos que la vieron, era imposible saber quién era quién debajo de todas las máscaras y también era imposible pasar dos minutos sin ver una especie de patada voladora (gracias, John Woo). En relación a esto, se generaron dos problemas. Por un lado, la película fue mala, ya que era una exageración de todos los elementos del mundo de Mission: Impossible e hizo que aquellas personas que fueron a verla se disgustaran. Por el otro lado, aquellos que fueron a ver una secuela se encontraron con una película que no era para nada similar o por lo menos que no tenía las características principales de su predecesora. La película no funcionó y veremos que a lo largo de la franquicia será una especie de eslabón perdido. Sabemos que está por ahí, pero no se habla de ella y no se hace referencia en otras películas de Mission Impossible. Casi como si hubiera sido un mal recuerdo.
En este contexto, llega la tercera instancia de Mission: Impossible en 2006 y es aquí donde se da el tercer nacimiento de la franquicia. Creo que este es uno de los momentos más importantes, sino el más importante de todos. Es la última bala de Tom Cruise para con esta historia. Son 10 años después de la primera, con una secuela que no funcionó y hay que encontrar qué camino y qué forma se le quiere dar a la historia, desde que perspectiva y con qué foco. Claramente la primera funcionó mejor que la segunda, pero como ya dijimos, se veía difícil una franquicia con la forma de la primera. La acción por acción de la segunda claramente no dio en el clavo, por lo que había que encontrar otra manera. Era ahora o nunca, pensar un estilo, apuntar a eso y ver si era el camino. Dijimos que esta primera “saga” había sido un camino de prueba y error y creo llega el momento del acierto. Hacen lo más sensato, pararse entre la primera y la segunda, ni muy muy, ni tan tan. Vuelven al estilo más personal de la primera, convirtiendo a esta tercera entrega en quizás la más personal de todas, ya que comienza con Ethan y su esposa y termina con Ethan teniendo que salvar al mundo porque la tuvo que salvar a ella previamente. Es una historia donde los personajes y sus relaciones cuentan, lo que le da más fuerza individual a cada uno, a diferencia de la dos. Y en ese sentido, también se frena un poco en cuanto al grandilocuismo de la entrega anterior, corrigiendo varios errores, desde la idea principal como también algunos más superficiales como el uso de las máscaras. Pasamos de un uso indiscriminado de ellas a una secuencia donde literalmente parece casi imposible construir una. Es en este punto donde toma lo que sirvió, arregla lo que rompió y descarta lo que no funciono. Mission: Impossible se para por primera vez en terreno firme y encuentra su pequeño lugar en el mundo.
De esta forma, llegamos a la última película de esta primera saga dentro de la franquicia. Y es la primera que tiene un subtítulo. Aclaro esto porque es el momento donde verdaderamente se reconoce como una saga general y a partir de acá se puede ver también como una trilogía dividida en partes. Es también una forma de decir: Tuve Mission Impossible I, Mission Impossible II y Mission Impossible I.II, es decir, tuve un inicio de franquicia tres veces. Ahora que se a donde quiero apuntar, le puedo poner nombres. Se estrena así en 2011 Mission: Impossible - Ghost Protocol. No la considero como un nuevo nacimiento, pero sí como una reafirmación del camino. Lo que se trató de hacer es probar que lo que funcionó en la tres, puede funcionar en una secuela, pero ahora sumándole algo muy importante a la franquicia que es lo que verdaderamente la va a separar del resto y la va a convertir en lo que se convirtió en la segunda saga: las acrobacias de Tom Cruise. Es en este momento donde las películas incrementan su concepto, ofreciendo intrínsecamente lo mismo que en la tres, elevando el tono a una superproducción y donde las misiones imposibles ahora si nos verdaderamente imposibles. Y no solo eso, sino que están filmadas de forma práctica por Tom Cruise. Es acá donde se encuentra la beta. Es una película de acción, pero donde vas a ver algo que no viste en ninguna de las otras películas del género y que se va a sentir diferente porque verdaderamente se llevó a cabo. No se si a alguien más le ocurre, pero cada vez que hago zapping y encuentro Ghost Protocol en la tele, se encuentran en el Burj Khalifa, es como una especie de imán que tiene la película. Al fin y al cabo, la película comienza, se desarrolla y termina de igual forma que cualquier otra película de acción pero en el medio hay 30 minutos donde Tom Cruise nos ofrece algo que no nos ofrece nadie más y eso es probablemente lo mejor que puede tener una película, lo que va a hacer que se expanda y que pueda terminar en 2025 de la forma que terminó. Aquí termina la primera saga de Mission: Impossible y comienza la segunda.
Saga 2: encontrando el rumbo
Aquí el tema es sencillo, pero suceden muchas cosas. Lo importante a saber es que este momento, es un momento donde la franquicia ya conoce que es lo que funciona y dónde está lo que tiene que hacer para continuar adelante. En este momento entonces se puede comenzar a crear una saga, con la idea de Tom Cruise de “hacer películas hasta que se me acaben las ideas” o hasta que verdaderamente la cosa no de para más. Pero el tema ahora está no tanto en ver la película en sí, porque ya sabemos lo que va a suceder (tanto que tres de las últimas cuatro películas rondarán alrededor de la catástrofe nuclear), sino en las ideas de Tom Cruise para la próxima entrega. Qué acrobacia o locura traerá a la pantalla, cuanto más va a escalar esa locura respecto a la anterior. Entonces nos encontramos en una situación donde la acrobacia es lo más importante, pero que está rodeado de una película consistente, que hace que aunque la acrobacia no sea más impresionante que la anterior, termines viendo, al fin y al cabo, una película de gran nivel. Este es el cuarto nacimiento de la franquicia, el comienzo de la segunda saga, que vamos a dividir en parte I y parte II.
Pero antes de seguir, es importante destacar porque creo que es una “segunda saga”. Por un lado, la franquicia tiene todo claro y tiene un camino por el cual andar. Pero también hay un cambio que es crucial para la franquicia y es que Tom Cruise conoce al amor de su vida, Christopher McQuarrie. Para quienes no conozcan a McQuarrie, es un hombre que había hecho unos cuantos trabajos en la industria y hasta el 2012 había dirigido una única película llamada The Way of the Gun (2000). En el año 2012 tiene una segunda experiencia como director en la película Jack Reacher (2012), producida y protagonizada por el mismísimo Tom Cruise. Luego de ese momento, su carrera se basa prácticamente en dirigir las películas de Mission: Impossible. Esto es muy importante para la franquicia por varios motivos. Primero, porque le da un sentido estético, visual y en términos de producción a la nueva saga, de forma que esta se mantenga constante a lo largo de todas las entregas que vinieron luego de Ghost Protocol. Este punto parece menor pero era algo que tampoco se había dado a lo largo de las entregas anteriores y refuerza la idea de que la franquicia está en el lugar que quiere estar y que va a ser consistente con lo que quiere hacer. Alguien que vaya a ver una película de Mission: Impossible de ahora en más, va a saber con qué se va a encontrar y de qué manera se va a relacionar con la historia. Segundo motivo, es una buena noticia para la franquicia porque McQuarrie es un gran director, o por lo menos un director que sabe trabajar en este tipo de películas. Así como hay pasteleros, gente que prepara sushi, o asadores, en el cine hay gente para los distintos tipos de películas. En este sentido, le da un ritmo y una forma distintiva a las películas de Mission: Impossible y hace que ese estilo se identifique con la franquicia. Tercero motivo y el más importante de todos, McQuarrie tiene el “sí” fácil para con Tom Cruise. Es decir, cuando Tom viene con una de sus locuras, como tirarse con una moto por una colina o subirse a un avión en movimiento la respuesta no es un “no”, sino un “vamos a ver cómo lo podemos hacer” y de esa forma, es alguien que ayuda a propulsar y llevar a cabo ese aspecto diferente que tiene la saga. McQuarrie lleva la visión de Cruise a la realidad, pensando cómo poner la cámara, qué ángulo o qué lente usar, cómo hacer para que todo se pueda realizar de forma práctica, cómo crear los escenarios en vida real, etc. Con todo esto, ya se tiene lo que se necesita para crear la segunda saga de Mission Impossible con sus parte I y parte II.
Parte I:
La Parte I se define de esta forma por dos motivos distintos. El primero de ellos es la idea o la concepción de lo que se estaba haciendo, el segundo es desde la historia en sí. Esta parte está formada por Mission: Impossible - Rogue Nation (2015) y Mission: Impossible - Fallout (2018). Comencemos primero desde el punto de vista de la concepción. En este momento, luego de que Ghost Protocol (2011) sentará las bases sobre lo que una película de Mission: Impossible debe ser, entiendo que la idea en ese momento es lo que discutimos antes, comenzar una “nueva saga”, realizando películas con el molde de Ghost Protocol (2011) pero ya tratando a estas películas como una historia conjunta y aumentando la cantidad de entregas en menos tiempo. Es por eso que ahora hay una película en 2015 y otra en 2018, cuando antes tardaban cinco o más años en estrenar las secuelas. Esto tiene sentido porque cuando uno tiene en claro qué es lo que quiere para sus películas y cuál es su visión se puede contar la historia de mejor manera y no se tarde tanto tiempo en realizarlo. Todos los involucrados están interesados y quieren formar parte del proceso porque la idea es interesante y tiene dirección reconocible. Eso te permite también mantener a los personajes y a aquellos que forman parte de la producción, ya que no son proyectos que llevan doce años sino tres. Así fue posible empezar a tratar a las películas como secuelas y no como una especie de reboot o algo similar. Cuando esto se da, la saga se convierte verdaderamente en una, por lo que este es el cuarto y último nacimiento de la franquicia de Mission: Impossible.
Para el segundo caso, es Parte I porque estas dos películas por primera vez se sienten parte de lo mismo, pero tienen ciertos detalles que la hacen muy similar a las dos últimas películas de la saga, que son dos partes de una misma historia. Primero y principal, se puede ver como una sola película dividida en dos instancias, ya que ambas rondan en relación a la misma situación y con los mismos personajes. Ethan se debe enfrentar al sindicato, donde el villano principal es Salomon Lane y las situaciones suceden en relación a la interacción de estos dos personajes. A su vez, si bien ya veníamos con algunos personajes que eran parte del equipo, en especial desde MI3, es en estas dos películas que se solidifica el equipo, con Ethan, Benji, Ilsa, Luther y Alan. Eso permite que también comenzamos a relacionarnos con los personajes más allá de una película en especial y que las emociones y situaciones que transcurren sean un proceso de varias instancias. Además, nos familiarizamos con los personajes y eso le agrega una carga emocional y una sensación de afinidad con ellos. El ejemplo más claro es lo que sucede en todas las películas con la “chica Hunt” (como la “chica Bond”), que a lo largo de las primeras cuatro películas es una agente diferente, hasta que llega Rebecca Fergusson como Ilsa y se convierte por fin en la aliada de Hunt. Es entonces que se ve algo mucho más claro, una historia de dos películas, que se sienten y se ven iguales, con constancia desde la producción y dirección de la mano de Christopher McQuarrie y con una historia que se desarrolla a lo largo de las dos películas. Esto permite que se sienta como dos instancias de una misma historia, donde los acontecimientos y las decisiones anteriores tienen un impacto en lo que acontece luego.
En estas condiciones parecería ser que se aproximan varias películas más, pero sucede algo que lamentablemente le para un poco la máquina a la segunda saga, que es la pandemia. Si consideramos que habían sacado dos películas en cuatro años, era esperable que trajeran una alrededor de 2020 o 2021. Pero obviamente eso no sucedió, dado que debido al COVID-19 la industria, así como casi todas las actividades, se paró. Es aquí donde comienza la parte II de esta segunda saga.
Parte II:
En el contexto de la pandemia, ninguna película fue ni siquiera estrenada. Algunas de las que sí fueron en los primeros momentos les terminó yendo como les fue (por ejemplo, Tenet, que cambió muchos aspectos en el cine de los últimos años). Tom Cruise, un ávido defensor del cine, parecía estar preocupado no solo por la forma en la que la gente iba a reaccionar a las peliculas y al consumo de historias, sino por la industria en sí. Todos recordamos ese famoso audio donde parecía que iba a matar a alguien porque dos personas que estaban trabajando en el set de Mission: Impossible - Dead Reckoning (2023) no estaban respetando los protocolos de COVID-192. El entendía que la industria debía cuidarse, reactivarse, sacarla adelante. Es por eso que comienza a diagramar proyectos con la incertidumbre de qué era lo que iba a suceder en el mundo y en particular en la industria cinematográfica. Uno de esos proyectos, que fue el primero en salir a la luz, es Top Gun: Maverick (2022). Creo que el fue uno de los primeros que entendió que la industria de ahora en más estaba para algo diferente y lo podía dar. Es un momento donde la gente busca que la entrada de cine que paga valga la pena, que el pagar en una noche lo que se paga mensualmente por un servicio de streaming sea algo que al final de mes no duela. De esa manera, Tom entrega algo que quizás es muy básico, pero que está realizado a la perfección y que es justamente lo que la gente busca. Quizás no es un plato gourmet, pero a veces la gente solo quiere una hamburguesa y Tom Cruise le prepara la mejor hamburguesa posible.
Es en este contexto que creo que se da cuenta que la franquicia de Mission: Impossible tuvo un solo momento donde pudo tomar vuelo, pero que el destino le cortó las alas. Igualmente, ese pozo no estaba vacío todavía. Y así como no quiso que una mala decisión terminará con la franquicia en el pasado, no quería que terminara por culpa de una pandemia. Es así que entrega una finalización en forma de dos películas, Mission: Impossible - Dead Reckoning (2023) y Mission: Impossible - The Final Reckoning (2025), con una redención final de la franquicia y un mensaje muy claro sobre lo que opina acerca de la industria. Por el lado de la redención, la última entrega de la franquicia nos acomoda toda esta confusión que hace que parezcan dos sagas y claramente nos indica que se hace cargo de las situaciones que le tocó vivir en el pasado, acepta sus errores y sigue adelante (aunque la dos no se menciona). Lo que sucedió, efectivamente tiene un impacto en lo que acontece ahora. Por el lado del mensaje, es uno muy claro: hay que hacer las películas a la vieja usanza. Desde la forma de grabar, con efectos prácticos, creación de escenarios completos y acrobacias imposibles, hasta la historia en sí, mostrándolo en estas últimas dos películas, donde literalmente luchan contra la IA en favor de un mundo analógico. Y creo que en este proceso entrega una de las mejores películas de la saga, que es Dead Reckoning (2023). Así, como quien no quiere la cosa, culmina una saga de 30 años, que al principio parecía sin rumbo y terminó siendo una máquina de ilusiones en la industria.
Una conclusión:
Creo que Mission Impossible en general es una buena franquicia. Entiendo que tuvo muchos problemas como ya detallamos a lo largo de la nota pero es un buen camino a recorrer, más si se mira desde esta luz. También hay que tener en cuenta que es una franquicia que se extiende a lo largo de 30 años, un periodo muy extenso para cualquier tipo de actividad, donde se encuentran nuevas herramientas, nuevas formas, nuevas relaciones con el consumidor, lo que afecta directamente a la historia y al proceso creativo de las películas. Entiendo que es difícil quizás involucrarte con estas películas, en especial cuando tiene ese arranque tan problemático, pero creo que el final es algo que vale la pena. Igualmente, como mencione a lo largo de esta pequeña recopilación, se pueden ver tranquilamente como dos sagas separadas, o hasta quizás empezar directamente desde la tres, sin perderte verdaderamente nada más que algún detalle pequeño. Pero en ese sentido, como dice el dicho: “si estamos en el baile, bailemos”. Si se ve desde la tres, haga el esfuerzo y veala desde la uno.
Es una buena franquicia, quizás con un poco más de suerte le hubiera ido mejor. Pero creo que también va de la mano con lo que le sucedió a Tom Cruise. En su momento él no había tenido los mejores años de su carrera, especialmente por temas que tenían que ver más con el afuera que con las películas en sí. Y luego de vaya a saber uno que, comenzó a mejorar y encontró su lugar en la industria. Es ahora un impulsor del cine, de su esencia y del amor que las personas pueden tener por este arte. Con esta nueva posición, lleva esa filosofía a sus películas y eso se nota en la parte final de Mission Impossible.
¿Un posible remake o reboot sin Tom? Yo particularmente no lo veo. Creo que uno va de la mano con el otro y que parte crucial de esa fuerza de tracción que encontró Mission: Impossible es gracias a Tom Cruise. Pero como siempre, el destino hablará y ninguna misión es imposible.
El editor de este articulo manifiesta su completo desacuerdo con esta afirmación.
https://www.bbc.com/news/entertainment-arts-55330579